Humedal río Maipo

Los humedales son uno de los ecosistemas biológicamente más activos del planeta

Albergan un enorme número de especies en relación a su tamaño, lo que los hace indispensables para la conservación de la diversidad biológica. Además, juegan un papel fundamental en la mitigación del Cambio Climático y sus efectos adversos.

Humedales

Los humedales costeros son fundamentales para mantener el equilibrio en el planeta. Así como se dice que los bosques son sus pulmones, los humedales serían sus riñones, porque participan en el ciclo del agua y son capaces de depurarla gracias a su vegetación que filtra y elimina las sustancias tóxicas provenientes de plaguicidas, derrames industriales y actividades mineras. Son, por lo tanto, las mayores fuentes de agua dulce de la Tierra.

Además, cumpen un rol fundamental en la mitigación del cambio climático y en la adaptación a los efectos que este fenómeno trae consigo, es decir, los humedales cumplen una doble función respecto al cambio climático: por un lado, su vegetación y suelo son capaces de almacenar grandes cantidades de CO2 capturadas desde la atmósfera y retenerlas ahí por miles de años, si es que el humedal no es intervenido; por otro lado, son capaces de absorber el exceso de agua proveniente de lluvias o marejadas evitando inundaciones, y de servir como reservorio de agua dulce durante las sequías prolongadas.

Los humedales son, también, el hogar de una rica diversidad biológica de especies vegetales y animales -aves, mamíferos, reptiles, anfibios, peces e invertebrados-, de hecho, son considerados los ambientes más activos y que mayor número de especies albergan en relación a su tamaño, convirtiéndose en ambientes indispensables para la conservación de la diversidad biológica del planeta.

Humedal Río Maipo

Después de recorrer 250 km desde su nacimiento en la cordillera de Los Andes, el río Maipo llega al océano Pacífico formando un estuario que da origen al Humedal Río Maipo, en el límite de las comunas de Santo Domingo y San Antonio, Región de Valparaíso.

Este es un humedal permanente de tipo costero – estuarial, es decir, recibe aportes de agua del mar (intrusión salina), así como aguas dulceacuícolas desde el curso del río Maipo. En su desembocadura el río Maipo forma un grupo de pequeñas lagunas estacionales, bancos y meandros que han dado origen, en una pequeña área, a una gran diversidad de hábitats (pajonales, dunas, vegas y pantanos) que, a su vez, sustentan una gran variedad de flora y fauna, incluidas aves, mamíferos, anfibios, peces y reptiles.

El humedal tiene un inmenso valor biológico debido, principalmente, a la gran cantidad y diversidad de aves que habita en él, 94% de las cuales son endémicas o nativas de Chile. Las últimas cifras hablan de la presencia de 180 especies de aves (EBird 2019), las que representarían el 34% de la avifauna nacional.

En la época estival, de hecho, la abundancia de aves supera los 18.000 individuos, un verdadero deleite para quienes hacen observación de aves. Cabe destacar la presencia de 17  especies de aves migratorias, entre las que se cuentan aves marinas como la Gaviota de Franklin (Leucophaeus pipixcan) y playeras como el Zarapito (Numenius phaeopus).

Además, como todos los humedales costeros, éste provee una serie de servicios ambientales o servicios ecosistémicos relacionados con la funciones de suministro, regulación y purificación del agua; reposición de aguas subterráneas; regulación del microclima; control de la erosión y, muy importante, mitigación y adaptación al cambio climático. Todos estos servicios ambientales, sumados al aprovisionamiento de áreas para la investigación científica, la recreación y la educación, benefician directamente a las localidades que rodean el humedal: la ciudad de Santo Domingo, por la ribera sur, y las localidades de Llolleo, Tejas Verdes, Lo Gallardo y San Juan -todas pertenecientes a la comuna de San Antonio-, por la ribera norte.

Infraestructura Verde

El concepto de infraestructura verde nace en contraposición a la infraestructura gris, es decir,  a la infraestructura construida, y refiere a los servicios ambientales que los ecosistemas sanos otorgan: evitar inundaciones, mitigar la contaminación del aire, proveer agua dulce, ser sustento de biodiversidad, entre muchos otros.

En vez de construir o instalar un depurador de agua, podemos conservar o restaurar un humedal  que cumple la misma función; en vez de construir un rompeolas para contener las marejadas, podemos conservar las playas, dunas y humedales costeros que contienen y absorben el exceso de agua, evitando inundaciones.  Estos casos  de infraestructura verde, o sea,  de ecosistemas cumpliendo funciones que, de no existir, tendrían que ser reemplazados o compensados con la construcción o habilitación de infraestructura gris.

La infraestructura verde nos provee de las llamadas Soluciones Basadas en la Naturaleza, es decir,  soluciones que nos brinda la propia naturaleza cuando le permitimos desplegar sus funciones y entregar sus servicios. Y esto hoy, frente al escenario del cambio climático, es más urgente que nunca.

Humedales costeros

Dentro de los ecosistemas claves que actúan como infraestructura verde, se encuentran los humedales costeros. Por un lado, éstos actúan como sumidero de carbono absorbiendo grandes cantidades de este gas de efecto invernadero (GEI), convirtiéndose -de hecho- en los ecosistemas más importantes para la mitigación del cambio climático. Por otro lado, junto a playas y dunas absorben grandes cantidades de agua provenientes de marejadas y lluvias, evitando inundaciones y sirviendo de barrera natural de contención para las comunidades, a la vez que actúan como reservas esenciales de agua dulce en época de sequías. Son, por lo tanto, los mejores aliados en el proceso de adaptación al cambio climático.

Pero además, los humedales contribuyen con la regulación del ciclo del agua y el microclima, son purificadores naturales del agua contaminada,  suministran agua y alimento, y proveen de lugares para el desarrollo de actividades económicas locales sustentables, investigación científica, recreación y la educación.

En el caso del Humedal Río Maipo, al tratarse de un ecosistema urbano ubicado entre las ciudades de Llolleo y Santo Domingo, todos estos servicios se vuelven fundamentales en la protección y subsistencia de las comunidades aledañas.

Pueblos Originarios

Los humedales han sido poblados por las comunidades humanas desde épocas muy remotas, principalmente debido a la gran cantidad de recursos que aportan y funciones ambientales que cumplen, y que son indispensables para el desarrollo económico, social y cultural. Además, su diversidad de hábitats los convierte en un lugar de gran belleza paisajística, atractiva para el asentamiento humano.

En particular, el humedal del río Maipo fue vivienda preferida de una serie de culturas prehispánicas, debido a la disponibilidad de agua dulce, la cercanía con el mar y la abundancia de alimentos obtenidos de plantas y animales. Los restos arqueológicos de los grupos pertenecientes a la Tradición Bato, al Complejo Cultural Llolleo (0 al 900 d.c) y a la Cultura Aconcagua (900 al 1470 d.c), han sido encontrados abundantemente en ambas riberas del río Maipo: en Tejas Verdes y Lo Gallardo (San Antonio), y en La Princesa, Carabineros y Avda. Litoral (Santo Domingo).

Los Aconcagua denominaban a la desembocadura del río LLOLLEWE, del mapudungun LLOLLE (nasa o instrumento de pesca) y WE lugar, es decir, lugar de llolles o donde se pesca con llolles.En la actualidad el nombre ha sido deformado y una parte de la ribera norte en la ciudad de San Antonio se llama Llolleo.

Los sitios arqueológicos están protegidos por la Ley de Monumentos Nacionales N°17.288. Si en tu recorrido te encontrarás con uno, debes dar aviso a las autoridades provinciales, a Carabineros o al Museo de Ciencias Naturales y Arqueología de San Antonio.